mardi 8 novembre 2011

La estabilidad del aire























Una vez me encontré en el interior del avión, dejando atrás todo lo acogedor, lo casero de verdad, la sensación de sentirse arropado, en definitiva el amor y la tranquilidad que uno siente cuando se encuentra en su hogar...
Toda la nostalgia y en cierta forma la soledad de la dichosa madurez vuelven de golpe, sin avisar, a pesar de ser consciente de que va a ocurrir, claro está.
Y esa amalgama de sentimientos incontrolables y amargos en muchos casos se agolpan de pronto en la garganta.

Abro la revista que se encuentra enfrente de mi, ya sabes de esas que son modernas y tradicionales a la vez, de esas que hacen brotar la nostalgia... y es que ahora, lo mas moderno es es ser tradicional.
La misión de ésto debe ser recordar los recuerdos, es tan importante...
La hojeo rápidamente y empiezo a degustar cada artículo, saboreando cada página que pasa influenciada por la nostalgia y el sentimiento de "desamparo" que me ha invadido al subir al avión.
Oh no!!! la hipersensibilidad vuelve al ataque!!! y está en mi garganta!!
Encuentro una pequeña historieta de un taxista anónimo, algo así como un cuento.
Ya sabes, los taxistas que cada día suben a personas y mas personas en su taxi sin apenas girarse para poder ver sus caras... poseedores de un montón de situaciones diferentes y llamativas que los hacen observadores del mundo a través de su pequeño retrovisor.

Una chica que llora silenciosamente en el asiento trasero del auto... cuantas veces me habrá pasado a mi misma..?
Ahora mismo en mi butaca Recaro del avión... leyendo una historieta de la que probablemente no me acordaré en el futuro. Las lágrimas acaban resbalando por mi cara, dándome la impresión de que serán arrastradas rápidamente como las gotas de lluvia que resbalan fuera de la pequeña ventanilla del avión.
La lluvia de Bilbao, gris y constante, que es arrancada del cristal de mi ventana y de mi cara hasta que sobrevolamos las nubes.
De repente encontrándome encima de...
-"Buenas noches, desea tomar algo?"
- No gracias
Le contesto a la azafata con una sonrisa.

Encontrándote encime de las nubes, te sientes en un estado de suspensión y tranquilidad, no estás ni en un lado ni en otro, estás en el aire...
Siempre me dio serenidad y casi podría decir que estabilidad, estar en el aire.
¡Qué contradicción! ,¿se podrá aplicar a todo?, ¿a caso me estabiliza lo inestable y viceversa?.
Siento que es así en general.
49 minutos de vuelo y la cabeza llena de estabilidad en el aire, hipersensibilidad estable, caos placentero... Comenzamos el descenso, descenso a la realidad.